¿Le da asco o le preocupa que su perro pueda estar enfermo? En este artículo trataremos de entender las razones por las que su perro se come sus propias heces o las de otros animales y le propondremos soluciones sencillas.
Definición de coprofagia en perros
La coprofagia es el comportamiento consistente en consumir heces, ya sean propias o de otros animales. En los perros, este comportamiento puede producirse por diversas razones, desde causas naturales e instintivas hasta problemas de salud o de comportamiento. Aunque la coprofagia puede resultar desagradable para los propietarios de mascotas, es esencial comprender las razones que subyacen a este comportamiento para poder tratarlo adecuadamente y garantizar el bienestar de su mascota.
Un perro que se come sus propios excrementos: ¿normal o no?
Es bastante frecuente observar perros que consumen excrementos, lo que resulta especialmente desagradable para los propietarios. Para determinar si la coprofagia de un perro es normal o no, es necesario examinar la situación en la que se produce.
En algunas situaciones, la coprofagia es perfectamente normal. Por ejemplo, una perra que acaba de parir lamerá los cuartos traseros de sus cachorros y consumirá sus heces y orina durante las tres primeras semanas de vida. Esto se debe a que los cachorros aún no son capaces de controlar sus esfínteres al nacer, y son los lametones de la madre los que provocan la eliminación de los excrementos. Una dedicación ejemplar, ¿verdad?
La coprofagia también es normal en los cachorros que empiezan a explorar su entorno alrededor de las 3 ó 4 semanas de edad. Para ellos, empieza como un juego inocente que, como a los niños, les lleva a tocarlo todo y llevárselo a la boca. También se habla de un posible comportamiento ligado a la observación de la madre y, por tanto, de una ingestión de excrementos por imitación. En cualquier caso, sin que el propietario se preocupe, la coprofagia del cachorro debería desaparecer por sí sola y sólo volverse ocasional en la edad adulta.
Entre los adultos, también se considera normal la ingestión ocasional de heces de grandes herbívoros (estiércol de vaca, caballo, etc.). Esto puede explicarse por la palatabilidad de estos excrementos, que estimula el apetito de nuestros fieles compañeros, pero también puede considerarse un comportamiento instintivo, ya que los perros, en su estado salvaje y como carnívoros, cazaban, entre otros, herbívoros cuyos intestinos devoraban.
¿Cuándo es anormal la coprofagia de un perro?
De hecho, si el comportamiento es repetitivo, que un perro se coma sus propias heces o las de otro perro no es normal, a menos que sea ocasional y esté consumiendo heces de otro perro que contengan restos de comida. Explicaremos por qué en la siguiente sección sobre las posibles causas de la coprofagia anormal.
Los perros no sólo comen excrementos. También les gusta revolcarse en ellos.
¿Qué debo hacer si mi perro se come sus propias heces o las de otros animales?
El primer paso es consultar al veterinario para determinar si existe un problema alimentario o digestivo. Si el problema es de comportamiento, en la mayoría de los casos puede corregirse reeducando al perro. Los siguientes consejos requerirán voluntad y paciencia:
Lo que no hay que hacer
No debe ser brusco, gritar, chillar o poner repelentes sobre los excrementos, ya que esto no resuelve el problema e incluso puede empeorar la situación.
Soluciones para adoptar
Distraiga el comportamiento de paseo de su perro utilizando una correa larga y distrayéndole con una golosina cuando se acerque a los excrementos. Elógielo con una golosina cuando haga sus necesidades sin consumir las heces. Es importante reforzar positivamente el buen comportamiento en lugar de castigar el malo.
Entrene a su perro para que responda a órdenes básicas, como "guía" o "no". Utiliza estas órdenes para enseñar a tu perro a ignorar las heces que encuentre.
Limpia regularmente el jardín o la zona habitada para evitar que tu perro tenga la tentación de comerse los excrementos.
Asegúrate de que la dieta de tu perro es equilibrada y de buena calidad, ya que una mala alimentación puede contribuir al problema.
Considere la posibilidad de utilizar productos específicos de venta en tiendas de animales o recomendados por su veterinario para disuadir a su perro de comerse sus heces. Estos productos suelen añadirse a la comida y hacen que los excrementos sean menos apetecibles para tu perro.
Si, a pesar de todas estas medidas, su perro sigue comiendo heces, puede que merezca la pena consultar a un especialista en comportamiento canino para que le proponga un plan de rehabilitación personalizado.
En resumen, es importante entender que la coprofagia en los perros no es necesariamente un signo de un problema grave. Es esencial consultar al veterinario y poner en práctica soluciones para prevenir este comportamiento con el fin de proteger la salud de su mascota y mejorar su relación.