Si un perro se niega a comer, puede ser un signo de mala salud. La anorexia en los perros puede indicar un problema físico o psicológico y cuanto más tiempo persista, más riesgo corre el animal. Por ello, es crucial examinar rápidamente al perro para evitar cualquier peligro inminente y tomar las medidas necesarias para salvarlo.
Los trastornos que padecemos los humanos, como la anorexia, también pueden afectar a los perros. La pérdida prolongada de apetito en un perro no es un síntoma que deba tomarse a la ligera, ya que puede ser el resultado de un trastorno del sistema nervioso central o el signo de una enfermedad grave. En cualquier caso, es esencial que el perro sea examinado rápidamente por un veterinario. Hay muchas causas posibles de anorexia en los perros, y los tratamientos recomendados dependen de los mecanismos subyacentes que hayan causado el problema.
Anorexia causada por disfunción del sistema nervioso central
La anorexia en perros puede desencadenarse por un mal funcionamiento del sistema nervioso central del animal. Esta disfunción altera las señales enviadas al cerebro en relación con la sensación de hambre o saciedad, lo que puede provocar el cese de la ingesta de alimentos. Esta forma de anorexia se denomina anorexia primitiva.
Factores como un shock (por ejemplo, un traumatismo craneal), una enfermedad grave que afecte directamente al cerebro o un acontecimiento estresante (por ejemplo, una mudanza, una hospitalización o la pérdida del propietario) pueden contribuir a la disfunción del sistema nervioso central del perro y provocar anorexia.
El problema de la anorexia en los perros a veces puede estar relacionado con su comportamiento o estilo de vida. Por ejemplo, un cambio en la dieta puede provocar que el perro rechace la nueva comida que se le ofrece. Del mismo modo, una dieta inadecuada, como demasiadas golosinas, también puede producir este efecto.
Anorexia por enfermedad
En los perros, la anorexia también puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente, que no está directamente relacionada con una disfunción del sistema nervioso central. En este caso, se trata de una anorexia secundaria.
Las distintas enfermedades de diversa gravedad que puede padecer un perro pueden hacer que deje de comer. Por ejemplo, un perro que sufra insuficiencia renal, gastroenteritis, problemas cardíacos o diabetes mellitus verá inevitablemente afectada su dieta. En algunos casos, esto puede incluso desencadenar una forma de anorexia en el animal.
La pseudoanorexia se produce cuando un perro es incapaz de comer cuando tiene hambre debido a problemas bucales como gingivitis, úlceras o acumulación de sarro que le impiden comer.
Diagnóstico y tratamiento de la anorexia en perros
Para diagnosticar la anorexia en un perro, el veterinario examina primero la historia clínica del perro, preguntándole por su estilo de vida, su dieta, sus posibles problemas de comportamiento y su historial médico.
A continuación, el veterinario realiza diversos tipos de exámenes, como palpación, inspección bucal, toma de temperatura, análisis de orina y sangre, y exámenes radiográficos, ecográficos o endoscópicos, o una combinación de ellos. El objetivo es identificar con precisión la causa de la anorexia para determinar el tratamiento adecuado y las medidas correctoras.
Si la anorexia del perro se debe a una causa médica, el veterinario recomendará el tratamiento adecuado. Sin embargo, si la causa es conductual, el veterinario dará consejos sobre cómo modificar el entorno y la dieta del perro, así como sobre cómo mejorar su estado de ánimo durante las comidas: reducir o eliminar las golosinas, cambiar la frecuencia de las comidas, asegurarse de que el perro come en un entorno tranquilo y relajado, etc.
En conclusiónLa anorexia en los perros puede ser un síntoma de diversas causas, desde una disfunción del sistema nervioso central hasta enfermedades subyacentes, pasando por factores conductuales y ambientales. Por lo tanto, es importante acudir rápidamente al veterinario en caso de sospecha de anorexia para identificar con precisión la causa e iniciar el tratamiento adecuado. Un seguimiento cuidadoso y la modificación del entorno también pueden ayudar a prevenir o resolver la anorexia en los perros.