William S., un hombre de cincuenta años con aspecto marginal y antecedentes de consumo excesivo de alcohol, es tan inquietante como revelador de su violencia. Su reincidencia en la violencia, tras haber sido ya declarado culpable por hechos similares en septiembre de 2018, es preocupante. Según actu.frEn prisión preventiva desde su detención el domingo 21 de mayo de 2023, compareció el miércoles 24 de mayo de 2023 ante el tribunal penal de Évry, Essonne.
Condenado a nueve meses de prisión con vigilancia electrónica
El caso avanzó con bastante rapidez, ya que William S. confesó sus delitos. Se declaró la revocación de su condena condicional y la prohibición permanente de poseer animales, así como la confiscación del perro maltratado. Se ordenó el pago de indemnizaciones de 300 y 600 euros a cada una de las organizaciones protectoras de animales implicadas: Action Protection Animale, Stéphane Lamart y la SPA. Su pena de nueve meses de prisión se convirtió en arresto domiciliario con vigilancia electrónica, conocida comúnmente como "brazalete electrónico".
La rápida intervención salvó al animal
A las 15.15 horas del 21 de mayo, un vecino denunció a la policía los gritos de dolor de Cooper, un personal americano de 13 meses, y los desplantes de su dueño. En cuanto se abrió la puerta, el perro, aterrorizado y ensangrentado, huyó de la casa, refugiándose detrás de la policía. Rápidamente se le prestaron los primeros auxilios antes de ser trasladado a la Clinique Vétérinaire de l'Orge. Más tarde se descubrieron manchas de sangre en varias partes de la casa.
Los testimonios recogidos durante la investigación revelaron que William S. fue visto maltratando a su perro. Además, su hija declaró que su padre consumía grandes cantidades de alcohol, sobre todo el día del incidente. El examen veterinario también mostró que Cooper no presentaba signos de agresividad.
Aumento significativo de los casos de violencia contra los animales desde 2016
La reconstrucción de los hechos muestra que, a raíz de una perturbación causada por Cooper, que incluía morder papeles, William S. golpeó violentamente a su perro. En respuesta, Cooper intentó morder a su dueño, que entonces cogió un cuchillo de cocina y apuñaló al perro diez veces.
El representante de Action Protection Animale expresó durante la audiencia la insoportable agonía que había tenido que soportar Cooper. El representante de SPA añadió que el número de casos de violencia contra animales de compañía y de granja ha aumentado en casi 30% en cinco años, lo que resulta extremadamente preocupante.
Finalmente, los tribunales entregaron a Cooper a la organización Action Protection Animale y lo internaron en un centro de acogida para que continuara su recuperación.